Los agricultores tienen el reto de hacer un uso más sostenible del agua, especialmente en un escenario cambio climático.
Para mantener la producción actual de alimentos y fibras, la agricultura utiliza casi el 70% del agua dulce del mundo. Para el 2050 la demanda de alimentos aumentará por el crecimiento de la población y para suplir está demanda la agricultura deberá producir al menos un 50% más de cosechas.
La clave está en el desarrollo tecnológico, como el uso de semillas mejoradas resistentes a la sequía o la humedad, sistemas de riego más eficientes y buenas prácticas agrícolas. Aquí encontrarás una lista de las tareas que los agricultores grandes, medianos o pequeños realizan para cumplir con un manejo eficiente y sostenible del agua.
- Conocer y cumplir la legislación local relacionada con la protección de las fuentes de agua cercanas al cultivo
- Conocer los niveles de precipitación o lluvias de la zona
- Evaluar los pronósticos del clima
- Recolectar el agua lluvia
- Implementar riego por goteo
- Evitar la erosión del suelo, especialmente si el cultivo está en zonas montañosas
- Conservar las fuentes de agua con zonas de vegetación nativa
Los avances científicos para producir plantas resistentes al stress hídrico son significativos, semillas de frijol, papa, maíz, trigo, soja, caña de azúcar y algodón ya se cultivan en América Latina. Para que los agricultores las puedan utilizar, no solo se requiere que sean accesibles económicamente, también que las autoridades las aprueben y los consumidores se informen y las acepten.
Cuando consumas alimentos o fibras provenientes de la agricultura recuerda aprovecharlos al máximo, te damos unos ejemplos para dimensionar el asunto: para producir una hamburguesa necesitan más de 2.000 litros de agua, también se requieren 2.000 litros de agua para producir una camiseta de algodón.
Disminuir el porcentaje del agua utilizada en agricultura dependerá de la inversión en desarrollos científicos que permitan cultivos con semillas que requieran menos agua y sean más resistentes a las inclemencias del clima, al avance e implementación de sistemas de riego y de las buenas prácticas de los agricultores.
NOTA: El agricultor primero