México requiere estructurar una agricultura fortalecida por la ciencia y la innovación para garantizar una producción de semillas de mejor calidad y fortalecer esta actividad que puede impulsar económicamente al país.
México requiere estructurar una agricultura fortalecida por la ciencia y la innovación para garantizar una producción de semillas de mejor calidad y fortalecer esta actividad que puede impulsar económicamente al país, afirmó Angel Saavedra, presidente de la Asociación Mexicana de Semilleros (AMSAC).
Se refirió al panorama que priva en el campo de la agroproducción en México en vísperas de vivir un cambio de administración.
En entrevista con Notimex reconoció que durante la administración que está por terminar se pudo percibir una apertura del 70 por ciento para brindar facilidades en el desarrollo del campo, “sin embargo, necesitamos una estructura de agricultura científica mucho más intensa”.
En su opinión, se requieren instituciones y ciencia del país, con el apoyo de centros como el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) o el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), para que generen tecnología y los agricultores tengan tecnología competitiva.
El directivo destacó que lo anterior cobra importancia sobre todo ahora que estamos en un marco en el que se está renegociando el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), lo que obligará a que “todo lo que exportemos tenga realmente una calidad visible.
A ello se suma la necesidad de generar una regulación fácil de moverse y que no genere burocracia para el agricultor ni para las instituciones, y que faciliten que el agricultor produzca más. “Eso va a mover mucho al país”, dijo.
Reconoció que tras hablar con los representantes de la nueva administración federal ha podido apreciar una apertura sana, por lo que no ve ninguna barrera que impida que para el nuevo sexenio se genere esta tecnología en beneficio de la gente de bajos recursos, de edades cortas, medias y altas.
Saavedra destacó que actualmente el mercado de semillas de México tiene un alto potencial de crecimiento, de manera que “hoy somos capaces de generar todo el maíz blanco que necesitamos para nuestro consumo, aunque no así en el caso del maíz amarillo y otros granos”, advirtió.
En ese sentido, reconoció que al hablar de ser autosuficientes, “no implica que tengamos que producir todas las semillas y productos que necesitamos para autoconsumo, sino que aprovechemos el verdadero potencial que tenemos para productos específicos que otros países no tienen”.
Es ahí donde cobra valor el mercado internacional, que “podemos apoyarnos en países con potencial para productos que nosotros no podemos generar y a cambio les proporcionamos aquellas semillas y frutos en las que somos expertos productores, favoreciendo así un mercado sano y equilibrado.
El directivo de la AMSAC aseguró que todo lo que el país produce sea de calidad y es competitivo, de manera que el proceso de exportación todavía no es muy crítico “y estamos a la altura del mercado internacional”.
En efecto, dijo, uno de los obstáculos con los que tendrá que lidiar la presente administración y que enfrenta el mercado de las semillas es la “piratería”, ya que hoy muchos pequeños productores o de escasos recursos compran este tipo de grano.
Explicó que la semilla de piratería no es otra sino una semilla que no ha pasado por las inspecciones de calidad y por lo mismo no responde a las estrictas normas que se establecen en el sector para sus siembras.
Esta semilla, dijo, la compra normalmente el campesino de bajos recursos y es vendida por gente sin escrúpulo que compra la semilla a granel o incluso la roba y se trata de semilla que no responde a los altos estándares de sanidad e inocuidad.
Como resultado, mucho productor de escaso recursos termina por sembrar un producto que difícilmente le rendirá el doble y que además no es resistente a plagas o está tratado adecuadamente para soportar las condiciones que le propiciará el medio ambiente.
Es ahí en donde la ciencia y la innovación juegan un papel preponderante, ya que mediante estas disciplinas el productor cuenta con un producto de calidad que le representará una producción sana y de alto rendimiento en beneficio de su economía y de la salud de los consumidores.